Marcadores tumorales en el manejo del cáncer
Los marcadores tumorales son sustancias de naturaleza proteica que normalmente se encuentran presentes en el organismo en pequeñas cantidades, pero cuyos niveles aumentan cuando se forman determinados tumores.
Sin embargo, es importante saber que no todo incremento de estas sustancias significa que exista un tumor, ya que existen otras circunstancias que pueden determinar su aumento. De este modo, su utilidad diagnóstica es relativa y debe situarse siempre en el contexto de cada paciente y del resultado de otras pruebas complementarias.
Además de su finalidad diagnóstica, los marcadores tumorales resultan muy útiles para monitorizar la respuesta al tratamiento antitumoral o para detectar una reaparición eventual del tumor maligno.
¿Cuáles son los marcadores tumorales?
Existen numerosos marcadores tumorales que cada vez se van incorporando a la práctica clínica. Entre ellos los más utilizados son:
– PSA (Antígeno Prostático Específico). Se caracteriza por ser una proteína que se encuentra presente tanto en los tejidos normales como en las células malignas de la próstata. Asimismo, su valor puede incrementarse debido a enfermedades benignas relacionadas con ese órgano, o bien mantenerse inalterable en casos de cáncer.
– CA 125. Suele usarse para evaluar si un cáncer de ovario ha respondido al tratamiento o para observar si vuelve a reaparecer tras el tratamiento. El CA 125 puede estar aumentado en otras enfermedades ginecológicas benignas, como los miomas o la endometriosis, en múltiples enfermedades no ginecológicas o en cánceres localizados fuera del ovario.
– CA 19-9. Se observa en algunos pacientes con cánceres del aparato digestivo, fundamentalmente cáncer de páncreas y cáncer de colon. Puede también estar aumentado en personas con enfermedades del tiroides, pancreatitis, enfermedad inflamatoria intestinal u otras enfermedades no malignas.
– Antígeno carcinoembrionario (CEA). Se observa elevado en algunos pacientes con cáncer de colon. También puede estar aumentado en pacientes con cáncer de mama, cáncer de ovario, cáncer de pulmón y cáncer de páncreas. En el cáncer de colon el pronóstico es peor cuanto mayor sea su concentración. Puede también estar aumentado en otras enfermedades no tumorales como en las hepatitis, EPOC, colitis, pancreatitis o en fumadores sanos.
– CA 15-3. Si bien es cierto que los niveles más elevados pueden aparecer en el cáncer de mama, es posible que se alcancen también en casos de cáncer de cuello uterino, ovarios, pulmón, hígado, colon y recto, entre otros. Asimismo, los valores pueden aumentar como consecuencia de enfermedades no tumorales (hepatitis, cirrosis, sarcoidosis, lupus eritematoso).
– CA 72-4. Se puede observar elevado en cánceres del aparato digestivo, sobre todo en el cáncer de estómago.
– HER-2. Es un marcador que identifica determinados cánceres de mama o cánceres de estómago que pueden responder satisfactoriamente a un determinado tipo de tratamiento. Su determinación no se hace sobre un análisis de sangre sino sobre la biopsia del tejido tumoral.
– HER-1 o EGFR (Receptor del factor de crecimiento epidérmico). Es un marcador que identifica a cánceres de pulmón de células pequeñas y a los cánceres de cabeza y cuello, cáncer de colon, cáncer de mama o cáncer de páncreas que son más resistentes a la quimioterapia, pero que pueden responder mejor a un tratamiento específico. Su determinación no se hace sobre un análisis de sangre sino sobre la biopsia del tejido tumoral.
– Alfa-fetoproteína. Se encuentra elevada en algunos pacientes con cáncer de hígado (hepatocarcinoma). Sin embargo, puede estar elevada en otras muchas enfermedades del hígado no cancerosas, como en las hepatitis agudas y crónicas. Sirve también para controlar la respuesta al tratamiento del cáncer de hígado. Otros tumores más raros, como ciertos cánceres de testículo o cánceres de ovario, pueden también cursar con aumento de esta sustancia en sangre.
– HCG (Gonadotropina coriónica humana). Está aumentada en algunos cánceres de ovario y de testículo y en la mola hidatidiforme y el coriocarcinoma.
– Bcr-abl. Se puede ver en pacientes con leucemia mieloide crónica.
– Beta-2-microglobulina (B2M). Está aumentada en varios tumores de la sangre como leucemias, linfomas y mieloma múltiple. También puede aumentar en enfermedades no cancerosas del riñón y del hígado. Los cánceres con valores muy altos de B2M tienen peor pronóstico.
– BTA (Antígeno Tumoral de Vejiga). Se mide en orina. Es un marcador de cáncer de vejiga, pero también puede aumentar en personas con piedras en los riñones o infecciones de orina.
– Calcitonina. Aumentado en un tipo especial de cáncer de tiroides.
– Cromogranina A. Aumentada en tumores carcinoides y en el carcinoma de pulmón de células pequeñas.
– NSE (Enolasa neuro específica). Es un marcador de tumores carcinoides, al igual que la cromogranina A. Se puede utilizar para valorar la respuesta al tratamiento.
– NMP22. Se eleva en la orina de algunos pacientes con cáncer de vejiga. No se usa para detectar tumores sino para valorar recaídas tras tratar a enfermos con este tipo de cáncer.
– KRAS. Se trata de una mutación que se observa en algunos cánceres de colon que los hace resistentes al tratamiento con cetuximab y el panitutumab, medicamentos ocasionalmente utilizados para tratar estos tumores. Los cánceres de pulmón con esta mutación tampoco responden al tratamiento con erlotinib y gefitinib.
– S-100. Es un marcador del melanoma cuando está extendido.
La interpretación de los marcadores tumorales
Si bien es cierto que los marcadores tumorales suelen medirse en sangre, la AFP y el CEA pueden analizarse también en otros líquidos orgánicos como, por ejemplo, son el líquido pleural o peritoneal. Para el CA 15-3 y el CA 125, la detección podrá efectuarse directamente en el tejido tumoral, utilizando un anticuerpo que se fija específicamente a ellos.
A cada marcador tumoral se le puede asignar unos valores normales. En cualquier caso, la existencia de valores elevados en los marcadores tumorales no es necesariamente sinónimo de cáncer.
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Dr. Mauricio León Rivera
Cirujano oncólogo de la clínica Ricardo Palma
Presidente de la Asociación Mauchis Contra el Cáncer