La edad: El riesgo de padecer cáncer de mama aumenta con la edad, más del 75% de los casos se diagnostican en mujeres mayores de 50 años, y el 18% restante entre los cuarenta y cincuenta años.
Antecedentes familiares: El riesgo es mayor entre las mujeres cuyos parientes consanguíneos desarrollaron esta enfermedad. Si un familiar de primer grado (madre, hermana o hija) padece este mal, el riesgo de la mujer casi se duplica.
Mutaciones genéticas: Los genes que con más frecuencia provocan cáncer de mama por su mutación son los genes BRCA1 y BRCA2, que hacen que las células produzcan proteínas que evitan el crecimiento anormal de las células, y si la presentan, este mecanismo falla aumentando el riesgo de este cáncer en un 80%.
Menarquía tardía y menopausia temprana: El tener más ciclos menstruales a lo largo de la vida suponen un aumento de la exposición a estrógenos, que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama. Por ello, las mujeres que han tenido la primera menstruación a edades más tempranas, antes de los 12 años, y/o la menopausia más tarde de los 55 años, tienen más probabilidad de desarrollar esta enfermedad.
Terapia hormonal tras la menopausia: Este tipo de tratamiento utilizado para disminuir los síntomas de la menopausia, puede llevarse a cabo con estrógenos o con una combinación de estrógenos y progesterona. Ambos incrementan las posibilidades de un cáncer de mama hormonosensible, sobre todo si se usan por un periodo mayor de 2 años.
Lactancia y embarazo: Las mujeres que no han tenido hijos presentan mayor riesgo de padecer cáncer de mama, y este riesgo va disminuyendo a medida que se tienen más hijos. Respecto a la lactancia, se ha visto que dar de mamar reduce el riesgo de cáncer de la madre y de su niño.
Sobrepeso y obesidad: El sobrepeso supone un riesgo elevado de cáncer de mama, en especial para mujeres postmenopáusicas. Una mayor cantidad de tejido graso implica un mayor nivel de estrógenos, lo que aumenta el riesgo de cáncer.
Consumo de alcohol y tabaco: El alcohol puede incrementar los niveles de estrógeno y otras hormonas asociadas al cáncer de mama hormonosensible, que son la mayoría. Además, lo hacen también al dañar el ADN de las células.
Por otro lado, las mujeres que fuman o han fumado alrededor de un paquete de cigarrillos al día durante 10 años tienen un riesgo elevado de desarrollar este tipo de cáncer.