Cáncer Linfoma

LINFOMA
El linfoma es un cáncer de una parte del sistema inmunológico llamado sistema linfático. Existen muchos tipos de linfoma. Un tipo se denomina enfermedad de Hodgkin. El resto se conoce como linfoma no Hodgkin.
Los linfomas no Hodgkin comienzan cuando un tipo de glóbulos blancos, llamado células T o células B, se hacen anormales. Las células se dividen una y otra vez aumentando el número de células anormales. Las células anormales pueden diseminarse a casi todas las demás partes del cuerpo. La mayor parte del tiempo, los médicos no pueden determinar por qué una persona desarrolla un linfoma no Hodgkin.
FACTORES DE RIESGO
Existen muchos tipos de linfoma, y algunos de estos factores se han asociado sólo con ciertos tipos.
Edad
El envejecimiento es un fuerte factor de riesgo para esta enfermedad con la mayoría de los casos ocurriendo en personas de entre los 60 y 69 años de edad.
Sexo
En general, el riesgo de linfoma no Hodgkin es mayor en los hombres que en las mujeres, aunque existen ciertos tipos de linfoma no Hodgkin que son más comunes en las mujeres. Se desconocen las razones de este hecho.
Raza, grupo étnico, y geografía
En el mundo, el linfoma no Hodgkin es más común en países desarrollados, siendo Estados Unidos y Europa los países con las tasas más altas. Algunos tipos de linfoma que han sido vinculados con infecciones específicas (lo que se describe más adelante) son más comunes en ciertas partes del mundo.
Exposición a ciertos químicos
Algunos estudios han indicado que ciertos químicos, como el benceno y ciertos herbicidas e insecticidas (sustancias utilizadas para eliminar hierbas e insectos), pueden estar asociados con un mayor riesgo de linfoma no Hodgkin. Las investigaciones para aclarar estas posibles asociaciones todavía no han concluido.
Algunos medicamentos de quimioterapia que se utilizan para tratar otros cánceres pudieran aumentar el riesgo de leucemia o linfoma no Hodgkin muchos años después. Por ejemplo, los pacientes que han recibido tratamiento contra la enfermedad de Hodgkin tienen un riesgo aumentado de padecer posteriormente linfoma no Hodgkin. No obstante, no está totalmente claro si esto está relacionado con la enfermedad en sí o si es un efecto del tratamiento.
Exposición a la radiación
Los estudios de sobrevivientes de las bombas atómicas y de los accidentes de reactores nucleares muestran que tienen un riesgo aumentado de diversos tipos de cáncer, incluyendo leucemia, cáncer de tiroides y linfoma no Hodgkin. Los pacientes que hayan recibido radioterapia contra algunos otros cánceres, tal como enfermedad Hodgkin, tienen un riesgo ligeramente aumentado de padecer de linfoma no Hodgkin en etapas posteriores de sus vidas. Este riesgo es mayor en los pacientes que reciben tanto radioterapia como quimioterapia.
Deficiencia del sistema inmune
Las personas con deficiencias en los sistemas inmunitarios tienen un riesgo aumentado de linfoma no Hodgkin. Por ejemplo, las personas que se sometieron a trasplantes de órganos (riñón, corazón, hígado) reciben tratamiento con medicamentos que suprimen sus sistemas inmunitarios para prevenir que ataquen al nuevo órgano. Estos personas tienen un riesgo mayor de padecer linfoma no Hodgkin.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) también puede debilitar el sistema inmune, y las personas infectadas con el VIH tienen un riesgo aumentado de linfoma no Hodgkin.
Algunos síndromes genéticos (hereditarios) pueden causar que los niños nazcan con un sistema inmune deficiente. Junto con un riesgo aumentado de infecciones graves, estos niños también tienen un mayor riesgo de padecer linfoma no Hodgkin. Estas enfermedades de deficiencia inmunológica hereditarias pueden transmitírseles a los hijos, aunque aquellas personas con linfoma no Hodgkin que no tienen estas enfermedades hereditarias, no les transmiten a sus hijos un riesgo aumentado de linfoma.
Enfermedades autoinmunes
Algunas enfermedades autoinmunes, tal como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico (SLE o lupus), esprúe celíaco (enteropatía por sensibilidad al gluten), entre otras, están asociadas con una tasa aumentada de linfoma no Hodgkin.
En las enfermedades autoinmunes, el sistema inmune ve a los propios tejidos del cuerpo como extraños, atacándolos como haría en el caso de un germen. Los linfocitos (las células de donde se originan los linfomas) son parte del sistema inmune del organismo. Un sistema inmune hiperactivo en enfermedades autoinmunes puede causar que los linfocitos crezcan y se dividan con más frecuencia de lo normal. Esto puede aumentar el riesgo de que se transformen en células de linfoma.
Ciertas infecciones
Los varios tipos de infecciones pueden aumentar el riesgo de linfoma no Hodgkin de maneras diferentes.
Infecciones que directamente se transforman en linfocitos
Algunos virus pueden afectar directamente al ADN de los linfocitos, lo que ayuda a transformarlos en células cancerosas. El virus del linfoma leucemia de células T humanas (HTLV-1) y el virus de Epstein-Bar (EBV) parece funcionar de esta manera.
La infección con el virus del linfoma leucemia de células T humanas (HTLV-1) aumenta el riesgo de una persona de ciertos tipos de linfomas de células T. Este virus es más común en algunas zonas de Japón y en la región del Caribe, aunque se encuentra por todo el mundo. En los Estados Unidos, causa menos del 1% de los linfomas. El HTLV-1 se propaga por contacto sexual, por sangre contaminada, y se les puede transmitir a los niños a través de la leche materna de madres infectadas.
En partes de África donde el linfoma de Burkitt es común, la infección con el virus de Epstein-Barr es un factor de riesgo importante para esta enfermedad. En países desarrollados, como los Estados Unidos, el virus de Epstein-Barr se asocia con más frecuencia a linfomas en pacientes infectados con HIV. También está asociado al desarrollo de linfoma nasal de células T y de linfoma después de un trasplante.
El virus herpes humano tipo 8 (VHH8, o HHV8 por sus siglas en inglés) también puede infectar a los linfocitos, causando un tipo de linfoma poco común llamado linfoma de efusión primaria. Este linfoma se presenta con más frecuencia en pacientes que han sido infectados con VIH (HIV, en inglés), el virus que causa el sida (AIDS). La infección con el HHV8 también está vinculada con otro cáncer, el sarcoma Kaposi. Por esa razón, el otro nombre que se le da a este virus es virus del herpes asociado con el sarcoma de Kaposi (KSHV).
Infecciones que debilitan el sistema inmune
La infección con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), también conocido como el virus del sida, comúnmente causa insuficiencia del sistema inmune. La infección con el VIH es un factor de riesgo para ciertos tipos de linfoma no Hodgkin, tal como linfoma Burkitt y el linfoma difuso de células B grandes.
Infecciones que causan estimulación inmune crónica
Algunas infecciones prolongadas pueden aumentar el riesgo de linfoma al forzar al sistema inmune de una persona a estar constantemente alerta. A medida que se producen más linfocitos para combatir la infección, existe una probabilidad mayor de que ocurran errores genéticos, lo que pudiera conducir a linfoma.
Un tipo de bacteria, Helicobacter pylori (H. pylori), conocida por causar úlceras estomacales, también ha sido relacionada con linfomas de tejido linfático asociado a la mucosa (linfoma MALT) del estómago. La reacción inmunológica del organismo a esta infección aumenta el riesgo de linfoma. La importancia de esto consiste en que los antibióticos pueden ayudar a tratar algunos pacientes que ya tienen linfomas estomacales debido al H. pylori.
El virus de la hepatitis C (HCV) también puede causar infecciones prolongadas. Los informes recientes han encontrado que la infección con HCV parece ser un factor de riesgo para ciertos tipos de linfoma.
Peso corporal y alimentación
Varios estudios han sugerido que el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar su riesgo de linfoma no Hodgkin. También algunos estudios han sugerido que una alimentación con mucha cantidad de vegetales puede reducir el riesgo, aunque se necesita más investigación para confirmar esto. De todas maneras, se sabe que mantener un peso saludable y consumir alimentos saludables tiene muchos beneficios a parte de los posibles efectos relacionados con el riesgo de linfoma.
SÍNTOMAS
Este tipo de linfoma puede causar muchos síntomas, tales como:
- Ganglios linfáticos inflamados, sin dolor, en el cuello, las axilas o la ingle
- Pérdida de peso inexplicable
- Fiebre
- Sudoración nocturna profusa
- Tos, dificultad para respirar o dolor torácico
- Debilidad y cansancio que no desaparece
- Dolor, inflamación o sensación de hinchazón abdominal
Ganglios linfáticos inflamados
El linfoma no Hodgkin puede causar que los ganglios linfáticos se tornen inflamados (agrandados). Cuando esto ocurre en los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo (tales como los ganglios linfáticos a los lados del cuello, en la ingle o en las axilas, o encima de la clavícula), éstos se pueden observar o palpar (tocar) como protuberancias debajo de la piel. A menudo estos linfomas son detectados por el paciente, por un miembro de la familia o por un profesional al cuidado de la salud. Aunque los ganglios linfáticos inflamados son un síntoma común de linfoma, con más frecuencia son causados por infecciones.
Linfoma en el abdomen
Los linfomas en el abdomen pueden causar inflamación y sensibilidad dolorosa al tacto. Esto se puede deber a que los ganglios linfáticos en el abdomen están agrandados, aunque también puede ser debido a una gran acumulación de líquido.
El linfoma puede causar que el bazo se torne agrandado y ocasione presión al estómago. Esto puede causar que el paciente tenga sensación de llenura después de comer sólo una pequeña cantidad de comida.
Cuando el linfoma está en los intestinos o causa inflamación cerca de los intestinos, se puede bloquear el paso del excremento, lo que pudiera causar dolor abdominal, náuseas o vómitos. El linfoma en los intestinos puede causar orificios en la pared intestinal (perforaciones). Esto permite que el contenido de los intestinos pase a la cavidad abdominal, lo que causa infecciones graves y dolor intenso con náusea y vómitos.
Los linfomas del estómago a menudo causan dolor estomacal, náusea y pérdida del apetito.
Linfoma en el pecho
Cuando el linfoma comienza en el timo o en los ganglios linfáticos en el tórax, esto pudiera causar presión en la tráquea, que se encuentra en esta misma zona, lo que puede causar tos o dificultad respiratoria. Los linfomas en esta área también pueden causar una sensación de dolor o presión en el pecho.
La vena cava superior (VCS) es la vena grande que lleva sangre desde la cabeza y brazos de vuelta al corazón. Esta vena pasa cerca del timo y de los ganglios linfáticos dentro del tórax. Los linfomas en esta área pueden hacer presión en la vena cava superior, lo que puede causar que la sangre se retenga en las venas. A esto se le llama síndrome de la VCS, y puede causar inflamación (algunas veces con una coloración roja azulada) en la cabeza, los brazos y la parte superior del tórax. También puede causar dificultad para respirar y, si afecta el cerebro, un cambio en el conocimiento. Este síndrome puede ser potencialmente mortal y requiere tratamiento inmediato.
Linfomas que afectan el cerebro
Los linfomas del cerebro, llamados linfomas primarios del cerebro, pueden causar dolor de cabeza, dificultad para pensar y debilidad en ciertas partes del cuerpo, cambios en la personalidad y, a veces, convulsiones.
Otros tipos de linfoma pueden propagarse al área que rodea el cerebro y la médula espinal. Esto puede causar visión doble, adormecimiento facial y dificultad para hablar.
Linfoma en la piel
Los linfomas de la piel pueden verse y palparse. Éstos a menudo aparecen como nódulos debajo de la piel o protuberancias (masas) de color rojizas a púrpura que causan mucho picor.