Cáncer de Endometrio

Casi todos los cánceres de útero comienzan en el endometrio y son llamados carcinomas endometriales. Los cánceres también pueden comenzar en la capa muscular o tejido conectivo de sostén del útero. Estos cánceres pertenecen al grupo de cánceres llamados sarcomas.
– Carcinomas: Los cánceres endometriales comienzan en las células que cubren el útero y pertenecen al grupo de cánceres llamados carcinomas. La mayoría de los carcinomas endometriales son cánceres de las células que forman glándulas en el endometrio. Estos cánceres son denominados como adenocarcinomas. El tipo más común de cáncer endometrial se llama adenocarcinoma endometrioide. Otros tipos menos comunes de carcinomas endometriales incluyen células escamosas e indiferenciados.
– Sarcomas uterinos: El cáncer también puede comenzar en el tejido conectivo de sostén (estroma) y las células del músculo del útero. A estos cánceres se les llama sarcomas uterinos. Son menos comunes que el carcinoma endometrial. Entre éstos se incluye:
Los sarcomas estromales, que comienzan en el tejido conectivo de sostén del endometrio.
Los leiomiosarcomas, que se originan en el miometrio o la pared muscular del útero.
Estos cánceres no se discuten en este documento debido a que el tratamiento y el pronóstico de los mismos son diferentes al de los cánceres más comunes de endometrio. Estos cánceres se discuten en nuestro documento Sarcoma uterino.
– Cánceres de cuello uterino: Los cánceres que se originan en el cuello uterino y que luego se propagan al cuerpo del útero son diferentes a los cánceres que se desarrollan en el cuerpo del útero.
Factores de Riesgo
Si una mujer con cáncer endometrial presenta uno o más factores de riesgo, no hay forma de saber cuáles de estos factores, en caso de haberlos, fue el responsable de su cáncer.
– Niveles hormonales: El balance hormonal de una mujer desempaña una parte en el desarrollo de la mayoría de los cánceres endometriales. Muchos de los factores de riesgo para el cáncer endometrial afectan los niveles de estrógeno
– Terapia de estrógeno: El tratamiento con estrógeno puede reducir los sofocos repentinos de calor, mejorar la sequedad vaginal, y ayuda a prevenir la debilidad de los huesos (osteoporosis) que pueden ocurrir con la menopausia. Sin embargo, los médicos han encontrado que usar sólo estrógeno (sin progesterona) puede conducir a cáncer endometrial en mujeres que aún tienen úteros. Los medicamentos de tipo progesterona tienen que administrarse junto con estrógeno para evitar el riesgo aumentado de cáncer endometrial.
Administrar progesterona junto con estrógeno no causa cáncer endometrial, pero aún hay riesgos. Los estudios han demostrado que esta combinación aumenta la probabilidad de una mujer de cáncer de seno y también aumenta el riesgo de graves coágulos sanguíneos.
– Número total de ciclos menstruales: El riesgo de cáncer endometrial aumenta si la mujer tiene más ciclos menstruales durante su vida. Además, el riesgo aumenta si la mujer comienza los períodos menstruales antes de los 12 años y/o pasa por la menopausia más tarde en la vida Comenzar los períodos temprano es un factor de riesgo menor para mujeres con menopausia temprana. De la misma manera, la menopausia tardía puede que no conlleve un riesgo mayor en mujeres cuyos períodos se dieron más tardíamente en su adolescencia.
– Embarazo: El equilibrio hormonal se inclina hacia una mayor producción de progesterona durante el embarazo. Por lo tanto, tener muchos embarazos protege contra el cáncer endometrial. La mujer que nunca ha estado embarazada tiene un mayor riesgo, especialmente si también era infértil (no poder quedar embarazada).
– Obesidad: Los ovarios producen la mayor parte del estrógeno de la mujer, pero el tejido adiposo puede convertir algunas otras hormonas en estrógenos. Tener más tejido adiposo puede aumentar los niveles estrogénicos de la mujer, lo que incrementa su riesgo de cáncer endometrial.
– Tumores ováricos: Un cierto tipo de tumor ovárico, tumor de células de teca-granulosa, a menudo produce estrógeno. El estrógeno liberado por uno de estos tumores no es controlado de la manera que los ovarios liberan las hormonas, lo que algunas veces puede conducir a altos niveles de estrógeno. Este desequilibrio hormonal puede estimular el endometrio e incluso causar cáncer endometrial. De hecho, algunas veces el sangrado vaginal debido al cáncer endometrial es el primer síntoma de uno de estos tumores.
– Síndrome del ovario poliquístico: Las mujeres con una afección llamada síndrome del ovario poliquístico presentan niveles anormales de hormonas, tal como niveles de andrógenos (hormonas masculinas) y estrógeno más elevados y niveles de progesterona más bajos. El incremento de estrógeno relativo a la progesterona puede aumentar la probabilidad de una mujer de cáncer endometrial.
– Edad: El riesgo de cáncer endometrial aumenta a medida que la mujer envejece.
– Alimentación y ejercicio: Una dieta alta en grasa puede aumentar el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo cáncer endometrial. Debido a que los alimentos grasos también son ricos en calorías, una alimentación elevada en grasa puede conducir a la obesidad, lo cual es bien conocido como un factor de riesgo para cáncer endometrial.
– La actividad física también está asociada con el riesgo de cáncer de endometrio. Un estudio reciente encontró que las mujeres que se ejercitaban más tenían un menor riesgo de este cáncer, mientras que las mujeres que pasaban más tiempo sentadas tenían un mayor riesgo.
– Diabetes: El cáncer endometrial puede ser tanto como cuatro veces más común en mujeres con diabetes. La diabetes es más común en las personas que tienen sobrepeso, aunque aún las diabéticas que no están sobrepeso tienen un mayor riesgo de cáncer endometrial.
– Antecedentes familiares: El cáncer endometrial tiende a ser hereditario en algunas familias. Algunas de estas familias también presentan tendencia hereditaria a desarrollar cáncer de colon.
– Cáncer de seno (mama) o de ovario: Las mujeres que han tenido cáncer de seno o del ovario tienen un mayor riesgo de padecer cáncer endometrial. Algunos de los factores de riesgo dietético, hormonal y reproductivo, observados en el cáncer de seno y del ovario, también pudieran aumentar el riesgo de cáncer endometrial.
– Radioterapia previa de la pelvis: La radiación utilizada para tratar algunos casos de cáncer puede dañar el ADN de las células, aumentando a veces el riesgo de un segundo tipo de cáncer, tal como el cáncer endometrial.
Hiperplasia endometrial: La hiperplasia endometrial es una proliferación excesiva del endometrio. El tipo de hiperplasia más común, la hiperplasia leve o simple, tiene un riesgo muy pequeño de volverse cancerosa. Es posible que desaparezca por sí sola después del tratamiento con terapia hormonal. Si a la hiperplasia se le llama “atípica”, esta tiene una probabilidad mayor de volverse un cáncer. La hiperplasia atípica simple se transforma en cáncer en aproximadamente 8% de los casos si no es tratada. La hiperplasia atípica compleja tiene un riesgo de volverse cancerosa si no es tratada en hasta un 29% de los casos. Por esta razón, la hiperplasia atípica compleja usualmente se trata (el tratamiento se discute en la sección.